El ser humano nace con un reloj biológico que lo adapta a los ciclos diarios de luz y oscuridad, preparándolo para dormir al anochecer y despertar en el amanecer. Sin embargo, estos ciclos circadianos también influyen en muchas funciones esenciales en nuestro organismo, como en la regulación de la temperatura, la producción de hormonas o las funciones del aparato digestivo, entre otras1. La crononutrición surge como una estrategia que recoge todo ello.
¿Un reloj biológico?
Dicho reloj biológico se sitúa principalmente en el cerebro, y está conectado con otros relojes biológicos que dirigen actividades específicas de distintos órganos y tejidos, como por ejemplo el corazón, páncreas o pulmones. Para mantener una sincronización entre el reloj biológico del cerebro con el resto de los relojes del organismo se requiere de una rutina diaria, repercutiendo ésta positivamente en el organismo1.
Estudios han demostrado que el reloj biológico no solo regula los ciclos de sueño/vigilia, sino también actúa sobre el metabolismo, regulación endocrina, funciones inmunes, funciones cognitivas o la proliferación y diferenciación celular. Estos estudios permiten llevar a la práctica clínica el funcionamiento de los ritmos circadianos para mejorar tanto los resultados clínicos, como de la salud humana en general1.
Crononutrición
La crononutrición estudia la interacción entre la alimentación, nutrición y el reloj circadiano, haciendo énfasis en cómo los valores plasmáticos de los nutrientes y su utilización cambian en nuestro cuerpo a lo largo del día o de la noche1,2.
Un horario regular de comidas ayuda a mantener un orden temporal interno del sistema circadiano1. Sin embargo, un desequilibrio en el ritmo circadiano puede influir de manera negativa en la salud del ser humano. Un término denominado cronodisrupción trata de la ruptura de la sincronización entre los ritmos circadianos internos y los ciclos de 24 horas medioambientales3.
Así, diversos estudios han demostrado como la cronodisrupción está asociada a diversas enfermedades, como puede ser la obesidad4.
¿De qué manera interviene nuestro reloj biológico en la digestión?
El organismo tiene mayor capacidad de asimilar los carbohidratos simples por la mañana que por la noche. Estudios han demostrado que la capacidad para regular el azúcar en sangre va disminuyendo a lo largo del día, siendo por la noche mucho más lenta que durante el día. Debido a esto, nuestro organismo metaboliza más lentamente los alimentos por la noche, convirtiéndolos más fácilmente en grasa. De esta manera enfatizamos que no solo importa qué se come sino cuándo se come1.
El efecto que tiene comer ciertos alimentos en determinados momentos del día
El momento de la ingesta de alimentos en sí ha demostrado tener un papel importante en la regulación del peso4.
Un estudio ha demostrado que pacientes con sobrepeso/ obesidad (que siguen una dieta de pérdida de peso), que comían su comida principal después de las 15.00 h perdían significativamente menos peso de los que comían antes de las 15.00 h5. Adicionalmente, otro estudio demostró que a personas que se les asignaba una alta ingesta de calorías (700 kcal aprox.) en el desayuno, perdían más peso que aquellos que se les asignaba la misma cantidad de calorías en la cena6.
Otros estudios han manifestado que, dependiendo de la composición de los alimentos, es mejor consumirlos a distintas horas del día, por ejemplo: alimentos ricos en tirosina (almendra, soja, carne de ave, coco, cereales integrales) es mejor consumirlos por la mañana ya que la tirosina se sintetiza con la dopamina y noradrenalina, hormonas que activan y regulan nuestro humor. Mientras, se ha establecido que es mejor consumir alimentos ricos en triptófano (pescado, frutos secos, carne de pavo) por la tarde/noche ya que esta molécula ayuda a secretar serotonina y melatonina, que son inductores del sueño y favorecen que los ácidos grasos se conviertan en energía1.
1 Calvo Fernández JR, Gianzo Citores M. Los relojes biológicos de la alimentación. Nutr Hosp 2018;35 (N.º Extra. 4):33-38. DOI: http://dx.doi.org/10.20960/nh.2122
2 Chamorro, Rodrigo, Farias, Rut, & Peirano, Patricio. Regulación circadiana, patrón horario de alimentación y sueño: Enfoque en el problema de obesidad. Revista chilena de nutrición. 2018;45(3), 285-292. https://dx.doi.org/10.4067/s0717-75182018000400285
3 Garaulet-Aza M, Gómez-Abellán P. Clock genes. Circadian rhythms and predisposition to obesity. Anales de la Real Academia Nacional de Farmacia. 2016;82(Special Issue):44-54
4 Garaulet, Marta, & Gómez-Abellán, Purificación. Chronobiology and obesity. Nutrición Hospitalaria. 2013;28(Supl. 5), 114-120.
5 Garaulet M, Gómez-Abellán P, Alburquerque-Béjar JJ, Lee YC, Ordovás JM, Scheer FA. Timing of food intake predicts weight loss effectiveness. Int J Obes (Lond) 2013 Jan; 29.
6 Gómez-Abellán P, Bandin-Saura MC, López-Mínguez J, Garaulet-Aza M. Cronobiología y obesidad. Revista Eubacteria. 2015;33:53-60.