La alimentación complementaria dirigida por el bebé, o Baby Led Weaning (BLW) en inglés, es una forma alternativa de ofrecer la alimentación complementaria al bebé.
Los padres deciden qué alimentos ofrecer, pero es el propio bebé quien dirige su proceso de cambio hacia una alimentación variada1,2,3.
A partir de los seis meses de edad aproximadamente los más pequeños son capaces de sentarse y coger objetos con las manos. Adquieren la habilidad de aplastar con labios y encías todo lo que se llevan a la boca.
Surge así esta forma de alimentación en la que se sienta al bebé en la mesa como un miembro más de la familia y se le ofrece la misma comida que al resto en trozos pequeños de consistencia blanda.
Por sí mismo, el pequeño inicia su alimentación con las manos1,2.
Este tipo de alimentación permite una amplia versatilidad. Las verduras cocinadas al vapor, cocidas, asadas o fritas pueden ofrecerse enteras (judías verdes o brócoli) o cortadas en trocitos (calabacín o calabaza).
La fruta y verdura cruda se les ofrece en forma de palitos, denominados “finger foods”, que el pequeño agarra con su puño para comer la parte que sobresale. Pera, plátano, mango… las opciones son múltiples1,2.
Respecto a la carne, ésta se puede ofrecer guisada, cocida o a la plancha, cortada en tiras. Además, se le pueden proporcionar otro tipo de alimentos como tacos de queso, pan, tortas de arroz o incluso macarrones para que experimente con las texturas, sabores y colores2.
El BLW favorece la alimentación perceptiva basada en las señales de hambre y saciedad del niño, que aprende a controlar el apetito y favorece la prolongación de la lactancia materna.
Come a su ritmo sin que nadie le fuerce, lo que mejora las relaciones familiares durante las comidas. Es muy cómoda para los padres, ya que el bebé come los mismos alimentos que los adultos y al mismo tiempo mientras se va acostumbrando a la comida de casa y a la cultura. Es importante en este aspecto que la alimentación del hogar sea sana y variada.
Además, el BLW promueve la autonomía y fomenta el desarrollo de las habilidades motoras del bebé1,2,3.
Es importante la formación a las familias para que no existan carencias y fomentar una alimentación saludable para que los lactantes no estén expuestos a una dieta poco sana, con ingesta insuficiente de energía o alto consumo de sal.
Este sistema dificulta la estimación de ingesta exacta y el aporte de nutrientes. El BLW da preferencia a alimentos de origen vegetal, por lo que puede aumentarse el riesgo de deficiencia de hierro. Hay estudios que no muestran diferencias en la ingesta de hierro cuando se informa a los padres de su importancia y la necesidad de ofrecer diariamente alimentos ricos en hierro como carne cocida, picada, huevo o lentejas1,3.
Al prestarle tanta autonomía, el riesgo de atragantamiento es mayor. Hay que educar a los padres en prevención. Siguiendo unas normas básicas de seguridad, el riesgo disminuye. Siempre tiene que comer bajo supervisión, erguido y evitando alimentos de riesgo como frutos secos, uvas o zanahoria1,2,3.
1 Gómez Fernández-Vegue M. Comité de Lactancia Materna y Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría. Recomendaciones de la asociación española de pediatría sobre la alimentación complementaria. Nov 2018. Disponible en: https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/recomendaciones_aep_sobre_alimentacio_n_complementaria_nov2018_v3_final.pdf
2 Asociación Española de Pediatría. En Familia AEP. Alimentación complementaria dirigida por el bebé. 2014. Última revisión nov 2017. Disponible en: https://enfamilia.aeped.es/vida-sana/alimentacion-complementaria-dirigida-por-bebe
3 Martínez Suárez V., Dalmau Serra J. Alimentación Complementaria. Pediatr Integral 2020; XXIV (2): 90–97. Disponible en: https://www.pediatriaintegral.es/wp-content/uploads/2020/xxiv02/03/n2-090-097_VenancioMtnez.pdf
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