Existe una estrecha relación entre la manera en que nos alimentamos y nuestro estado de ánimo. Nuestros hábitos alimenticios pueden impactar la forma en la que nos sentimos y viceversa. El estrés, la ansiedad y la depresión pueden tener un impacto negativo en nuestra conducta alimentaria generando trastornos que, a largo plazo, pueden ser muy dañinos para nuestra salud física y mental.
En el día a día, nos vemos continuamente expuestos a distintas obligaciones y estímulos externos como el trabajo, la familia, situaciones sociales… y, por supuesto, no podemos olvidarnos de las redes sociales. Todo estos factores pueden tener un impacto negativo en la manera en que comemos. Las presiones a las que nos exponemos de forma rutinaria generan tal estrés que nuestros hábitos alimenticios se ven afectados negativamente1.
Emotional eating
El “emotional eating” (hambre emocional) es la tendencia a comer en respuesta a emociones negativas como forma de afrontar los sentimientos negativos, en lugar de para calmar el hambre. Las personas que comen debido a emociones negativas, frente a las que comen por emociones positivas, tienden a presentar más síntomas relacionadas con trastornos alimentarios y otros trastornos psicológicos convirtiéndose en un factor de riesgo para desarrollar alguna patología alimentaria u obesidad2.
Las emociones ejercen un poderoso efecto sobre la forma de comer y el tipo de alimentos a ingerir.
Los patrones de ingesta más frecuentes relacionadas con los hábitos alimentarios inadecuados son los atracones, el picoteo, el comer nocturno y la adicción a ciertos alimentos. Cuando esta manera de alimentarse llega a hacerse habitual, puede afectar al peso, la salud y el bienestar general2.
Trabajo
Un estudio reciente, publicado por la Universidad de Sevilla, observó que las emociones negativas que resultan de una experiencia laboral estresante afectan la dieta tanto de hombres como mujeres. A su vez, una mala alimentación altera el estado de ánimo y la ansiedad que experimentan los trabajadores. La ansiedad y la inestabilidad emocional desencadenan patrones alimentarios inadecuados en los que la sobre ingesta alimentaria conduce al sobrepeso, la obesidad y , consecuentemente, riesgos para la salud como hipertensión, problemas cardiovasculares o molestias articulares2.
Familia
Expertos de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla), establecen que la dinámica familiar puede tener un impacto en la generación de trastornos de la conducta alimentaria. La familia es un núcleo de suma importancia para el desarrollo de cualquier ser humano. En una familia desestructurada, con altos niveles de ansiedad o estrés, o con presencia de sobrepeso, existe mayor riesgo de que algún miembro sufra un trastorno de la conducta alimentaria (TCA). Sin embargo, no parece ser un factor que se cumpla en todos los casos3.
La familia interviene en el aprendizaje de la alimentación y en la integración de la imagen corporal. El núcleo familiar puede ser un factor de riesgo ante la aparición de un TCA debido a sus costumbres, valores, creencias y a la forma en la que esa familia se desarrolla y conviven día a día3.
Redes sociales
La presión ejercida por los cánones de belleza establecidos y su difusión a través de los medios de comunicación deriva en un peligroso mensaje para las adolescentes que asocian delgadez con éxito y belleza. Esto no es nuevo, sin embargo las nuevas tecnologías de la información, y más concretamente, las webs, blogs y redes sociales, son un entorno perfecto para que usuarios de todo el mundo puedan compartir sus experiencias, creando un sistema de refuerzo para estas patologías. Muchos de los perfiles creados en redes como Instagram, Facebook, etc. pro anorexia y pro bulimia definen los TCA como un estilo de vida4.
1 “Alimentación y Estrés.” Edited by Pontificia Universidad Católica de Chile, Carrera Nutrición y Dietética, Pontificia Universidad Católica De Chile, 7 June 2018.
2 Mercedes Borda Más, Agustín Luque Fernández, María Luisa Avargues Navarro, Milagrosa Sánchez Martín, María del Rosario Ramírez Castro, Francisco Javier Nieto Lorite, María Ángeles Pérez San Gregorio, Agustín Martín Rodríguez, María del Mar Benítez Hernández y Nerea María Almeda Martínez. “Comer Emocional y Estrés Laboral: Hacia Entornos y Hábitos De Trabajo Saludables.”
3 Prieto, Jessica Fuentes, et al. “Alimentación Familiar: Influencia En El Desarrollo y Mantenimiento De Los Trastornos De La Conducta Alimentaria” 10 Oct. 2020.