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Ingesta por atracón y riesgo a largo plazo

El trastorno de ingesta por atracón es un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) que se caracteriza por episodios recurrentes de atracones, que ocurren al menos una vez a la semana durante tres meses1.

Los criterios diagnósticos del trastorno por atracón están descritos en la 5ª edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) de la Asociación Americana de Psiquiatría. Concretamente, son dos los hechos esenciales que definen al trastorno por atracón:

  1. Ingestión en un período corto de tiempo de una cantidad de comida superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en circunstancias similares en un período igual de tiempo1, sobre todo de comida rápida alta en grasas y azúcares2.
  2. Pérdida de control sobre la ingesta de manera que no se puede dejar de comer o no se puede controlar la cantidad o lo que se ingiere1.

A diferencia de la bulimia nerviosa, el trastorno por atracón no va seguido de conductas compensatorias como vómitos autoinducidos, ejercicio excesivo o ayuno3. Como consecuencia, el trastorno por atracón es habitual encontrarlo en personas que presentan sobrepeso u obesidad, aunque también se puede ver en personas con normopeso4.  

Las personas con trastorno por atracón suelen presentar características tales como un peor rendimiento en el trabajo y mal funcionamiento social, inicio temprano para hacer dietas, una gran cantidad de tiempo en la vida adulta haciendo dieta, exceso de preocupación por la imagen corporal y peso, historia de depresión, psicopatología, abuso de alcohol o drogas, historia de obesidad severa (IMC> 35) o tratamiento por problemas emocionales2. Además de los factores ambientales y personales, los factores genéticos y neurobiológicos contribuyen al desarrollo de esta condición también4.

En cuanto a la epidemiología, en un estudio realizado en 2012 en 14 países en el mundo, entre los que se incluía España, se observó una prevalencia del trastorno por atracón del 1.4 %, siendo mayor en mujeres que en hombres. Asimismo, la edad de inicio para este tipo de trastorno es desde los últimos años de la adolescencia hasta los primeros años de los de la veintena6.

En relación con las consecuencias, el trastorno por atracón se asocia a complicaciones físicas y neuropsicológicas entre las que se pueden destacar:

  • A nivel físico, puede conllevar el desarrollo de Diabetes Mellitus tipo 2 debido a la ganancia de peso y mayor riesgo de alteraciones metabólicas7, además de problemas como hipertensión, daños musculoesqueléticos, úlceras y dolor4.  
  • A nivel neuropsicológico, se han evidenciado dos alteraciones cerebrales reversibles. La primera es la rigidez cognitiva asociada a la restricción nutricional, perfeccionismo clínico y dificultad de cambios de criterio. La segunda sería la impulsividad en relación con a la ingesta descontrolada de comida y sensación de pérdida de control4.

Así pues, la Asociación Americana de Psiquiatría señala que el trastorno por atracón se asocia a un deterioro de la calidad y la satisfacción con la vida, la adaptación social y mayor morbilidad médica y mortalidad4.

El tratamiento para el trastorno por atracón debe enfocarse siempre desde un equipo de profesionales de la salud multidisciplinar para ayudar a cambiar tanto los hábitos de alimentación como los pensamientos, emociones y otros síntomas psicológicos que han contribuido al desarrollo del trastorno por atracón. En algunas ocasiones, Incluso se puede llegar a requerir la prescripción de algún fármaco para ayudar.  


1 Asociación Americana de Psiquiatría. (2013). Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM 5. Arlington, VA, Asociación Americana de Psiquiatría.

2 Guisado, Juan A., & Vaz, Francisco J. (2001). Aspectos clínicos del trastorno por atracón “binge eating disorder”. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, (77), 27-32. http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0211-57352001000100003&lng=es&tlng=es

3 Wassenaar E, Friedman J, Mehler PS. (2019). Medical Complications of Binge Eating Disorder. Psychiatr Clin North Am. 2019 Jun; 42 (2) :275-286. doi: 10.1016/j.psc.2019.01.010

4 Escandón Nagel, N., & GARRIDO-RUBILAR, G. (2021). Trastorno por Atracón: una mirada integral a los factores psicosociales implicados en su desarrollo. Nutrición Clínica Y Dietética Hospitalaria, 40 (4). https://doi.org/10.12873/404escandon

5 Giel, K.E., Bulik, C.M., Fernandez-Aranda, F. et al. (2022). Binge eating disorder. Nat Rev Dis Primers 8, 16. https://doi.org/10.1038/s41572-022-00344-y

6 Kessler RC, Berglund PA, Chiu WT, Deitz AC, Hudson JI, Shahly V, Aguilar-Gaxiola S, Alonso J, Angermeyer MC, Benjet C, Bruffaerts R, de Girolamo G, de Graaf R, Maria Haro J, Kovess-Masfety V, O’Neill S, Posada-Villa J, Sasu C, Scott K, Viana MC & Xavier M. (2013). The prevalence and correlates of binge eating disorder in the World Health Organization World Mental Health Surveys. Biol Psychiatry. May 1; 73 (9): 904-14. doi: 10.1016/j.biopsych.2012.11.020.

7 National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney diseases. (2021). Binge Eating Disorder. https://www.niddk.nih.gov/health-information/weight-management/binge-eating-disorder/definition-facts

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