Desde el punto de vista oncológico, la malnutrición, se podría definir como el conjunto de déficit en la composición de diversos compartimentos corporales inducidos por la enfermedad tumoral1.
La incidencia de malnutrición en el paciente oncológico oscila entre el 15% y 40% en el momento del diagnóstico de cáncer, sin embargo, esta cifra puede aumentar hasta un 80% en los casos de enfermedad avanzada1.
La malnutrición en este tipo de pacientes está asociada tanto a las características del propio tumor como al tratamiento aplicado, y es un factor de mal pronóstico ya que aumenta los efectos tóxicos, reduce la calidad de vida y aumenta la mortalidad.1,2
La importancia de que el paciente esté bien nutrido
Antes del tratamiento
El estado nutricional preoperatorio del paciente oncológico tiene una relación directa con la recuperación tras la cirugía. Los pacientes que se encuentran desnutridos en el momento de la cirugía tienen un riesgo más alto de morbilidad y mortalidad postoperatorias, así como una estancia hospitalaria más larga2.
En el caso de que un paciente desnutrido requiera intervención quirúrgica, siempre que sea posible, ésta se aplazará para corregir las deficiencias nutricionales antes de someter al paciente a la cirugía.2
Durante el tratamiento
En general, los tratamientos oncológicos provocan malnutrición con frecuencia, pero los pacientes que mantienen un buen estado nutricional tienen mayor probabilidad de tolerar los efectos secundarios del tratamiento2.
Además, el consumo adecuado de energía y proteínas contribuye a mantener la fuerza muscular del paciente, prevenir el catabolismo de los tejidos corporales2 y facilitar la recuperación de aquellos que se han lesionado durante el tratamiento.
El tratamiento quirúrgico puede empeorar la desnutrición o aumentar su incidencia. La cirugía puede generar amputaciones de diversos órganos que limiten la capacidad de alimentación, además de variar las necesidades nutricionales del paciente, ahora enfocadas en la recuperación de los tejidos dañados durante la cirugía. Por otro lado, la aparición de infecciones y fístulas son complicaciones generales de la cirugía que tienen múltiples implicaciones nutricionales 2.
La desnutrición y la pérdida de peso afectan a la capacidad del paciente para recuperar su estado de la salud y los recuentos sanguíneos entre los ciclos de quimioterapia, lo cual afecta la capacidad del paciente para permanecer en los programas de tratamiento2.
En radioterapia, el apoyo nutricional es fundamental, ya que el efecto de la radioterapia en los tejidos sanos produce cambios fisiológicos que, a la larga, pueden desmejorar el estado nutricional del paciente al interferir con la ingestión, digestión o absorción de nutrientes. Sin embargo, al tratar dichos efectos con terapia nutricional y realizar modificaciones alimentarias, los pacientes pueden mejorar su calidad de vida e ingesta nutricional2.
Los pacientes sometidos a trasplante de células hematopoyéticas (TCH) tienen necesidades nutricionales especiales, ya que estos tratamientos pueden complicar cómo llevar una alimentación apropiada. El objetivo del apoyo nutricional es mantener un adecuado estado nutricional y suficientes reservas de proteínas. Por otra parte, los pacientes que reciben trasplantes se enfrentan un riesgo muy alto de neutropenia, lo cual aumenta la susceptibilidad a infecciones. Con el fin de disminuir este riesgo, los pacientes deben recibir orientación nutricional sobre el manejo seguro de los alimentos así cómo evitar los alimentos que impliquen un riesgo de infección2.
Los problemas que puede acarrear una malnutrición
La malnutrición afecta a la supervivencia del paciente, repercute sobre el funcionamiento de diversos órganos y aparatos del cuerpo1 y causa del 10% al 20% de los fallecimientos en pacientes con cáncer2.
Los pacientes desnutridos en el momento de la cirugía tienen un riesgo más alto de morbilidad y mortalidad posoperatorias2.
El rango máximo de malnutrición es la caquexia oncológica, que está relacionada con el aumento de la toxicidad del tratamiento y, por lo tanto, interrupciones y reducciones de la dosis del mismo. Se presenta en el 50% de los pacientes de cáncer en estadio avanzado1.
La caquexia también produce importantes limitaciones en la respiración voluntaria, aumentando la probabilidad del desarrollo de infecciones respiratorias por aspiraciones del contenido gástrico, lo cual es una de las causas más importantes de morbilidad en los pacientes caquécticos1.
Conclusión
La malnutrición disminuye la calidad de vida, fundamentalmente debido a la pérdida de masa muscular que origina, y a su influencia sobre la esfera psíquica induciendo o intensificando los síntomas depresivos. Esta situación nutricional aumenta la incidencia de complicaciones, la estancia hospitalaria del paciente, y contribuyendo así intensamente al deterioro de su calidad de vida por lo que es sumamente importante prestar atención al estado nutricional de este tipo de pacientes desde el diagnóstico de la enfermedad oncológica y a lo largo de todo el tratamiento hasta su alta hospitalaria1.
Existen plataformas como la desarrollada por la Fundación Catalunya, La Pedrera y Alicia que ayudan a las personas con cáncer desde la alimentación. Conoce más acerca de la Fundación Alicia aquí https://www.oncoalicia.com/
1 C. Belda-Iniesta, J. de Castro Carpeño, E. Casado Saenz y M. González Barón. Malnutrición y enfermedad neoplásica. (Internet). Soporte Nutricional en el Paciente Oncológico. Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Available from: https://www.seom.org/seomcms/images/stories/recursos/infopublico/publicaciones/soporteNutricional/pdf/cap_03.pdf
2 National Cancer Institute at the National Institutes of Health (NIH). Nutrition in Cancer Care (PDQ®) – Health Professional Version (Internet). (cited 20 September 2022). Available from https://www.cancer.gov/about-cancer/treatment/side-effects/appetite-loss/nutrition-hp-pdq