En la sociedad se conocen 6 trastornos principales de la conducta alimentaria, entre los que se encuentran la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, trastorno por atracón, trastorno por evitación-restricción de la ingesta de alimentos, pica y trastornos de rumiación.
En los niños pequeños, se empiezan a observar trastornos alimentarios habitualmente entre los 0 y 6 años, y son mucho más frecuentes antes de los 3 años.
Las etapas donde más relevancia tienen estas conductas son en las etapas de transición: de la lactancia materna o artificial con biberón a la cuchara, la alimentación complementaria o beikost y de la comida triturada a la sólida.
Trastornos alimentarios en el niño (TA)
Aproximadamente un 20-30% de los niños sanos con desarrollo normal presentan estos trastornos, y un 80% de los niños con necesidades especiales y alteraciones del desarrollo.
Una gran mayoría de niños sufren TA leves o falsas percepciones por parte de padres o cuidadores: tan solo un 1-5% sufren realmente un verdadero trastorno.
Al ser un trastorno que afecta a niños, ha sido objeto de investigación desde que en 1994 se introdujeran por primera vez como categoría diagnóstica psiquiátrica. La clasificación de Chatoor habla de 6 tipos de AT:
- Alteración del estado de regulación.
- Reciprocidad inadecuada (vínculo madre-hijo).
- Anorexia infantil.
- Aversión alimentaria sensorial.
- Alteración asociada a patología orgánica.
- Alteración postraumática.
A grandes rasgos, según Kerzner, estas categorías se pueden identificar como niños con poco apetito, niños con ingesta selectiva y niños con miedo a comer.
Algunos trastornos…
A pesar de las consecuencias médicas potencialmente graves de la pica y el TR, se sabe poco sobre su prevalencia y asociación con otras psicopatologías en la infancia.
La pica es una forma peligrosa de comportamiento potencialmente mortal que ocurre en personas con discapacidades del desarrollo. Se puede disminuir sustancialmente con el tratamiento conductual, una intervención temprana, pero pocos estudios incorporaron estrategias para generalizar y mantener fuera de sesiones breves.
En cuanto al síndrome de rumiación o mericismo, es un TCA DSM-5 y un trastorno funcional gastroduodenal. A menudo no se diagnostica correctamente, lo que hace no recibir un tratamiento adecuado, como la respiración diafragmática.